Daniel Padilla



Psicólogo egresado de la Universidad Surcolombiana. Estudiante de maestría en Literatura Latinoamericana en la Universidad Tecnológica de Pereira. Primer puesto XXIV Concurso Nacional de Poesía Universidad Externado de Colombia, Bogotá-2011.

FLOR
Las piernas abiertas y flexionadas parecían brotar del piso, a la altura de la cadera ennegrecida, como dos pistilos gigantes en medio de una corola de cenizas.

—¿Por qué —pensó el forense—, el fuego se detuvo antes del pubis?


LLORONA
Dicen que ella misma se impuso el castigo de escuchar en la habitación contigua los alaridos de sus hijos noche tras noche. Cuando no hubo sino silencio, abrió la puerta y encontró los cuerpos en posturas muy devotas, tal como les había enseñado, para que fueran recibidos sin tardanza en el paraíso.


MANDRA
Un collar de labios cercenados baila sobre los pechos de la niña que camina hacia el altar. Sus prometidos no pueden ocultar una sonrisa.


CIRCO
Ni la sed, ni el hambre, ni los reflejos plomizos de la canícula vespertina o la arena hirviente bajo los pies, menos aún la confusión de rugidos y abucheos, impedirán que por última vez, en el centro exacto del coliseo, el emperador exhiba con gesto altanero ante la multitud, el nudoso muñón de su pulgar amputado.