Para la contraportada del libro Uno lleva su cuerpo el poeta H. Socarrás envió desde su exilio en las inmediaciones de Cartagena, el siguiente fervoroso comentario:
Se nos permite una cercanía al incesante centro de la luz donde no es casual el intervalo: asisten el poeta y el misterioso significado que se ajusta a las variaciones del lenguaje.
El poeta, juez de su frágil equilibrio, busca, escarba, recompone los fieles signos que interpretan los temblores del día. Ajusta, impulsa y recomienda la fiera cascabel que se detiene y la intensa cicatriz que no domina y cansa. Historia natural de doble vía: “El poema no tiene referencia exterior; la referencia de una palabra es otra palabra” (Octavio Paz).
Muy pronto, la atracción que ejerce la palabra y su inesperado retorno, modifica nuestro saber de las cosas y prolonga la sensible experiencia de vivir: boca sobre el agua, mano en otra mano, luz de la noche misteriosa donde todo empieza, cuerpo, mente, árbol, ciudad difícil, historia repetida y la palidez que nos escribe y que se llama poesía.
También se llama Uno lleva su cuerpo, título del libro escrito por el poeta Gustavo Quesada Vanegas.
La palabra en primera acción:
Se enrosca en mi lengua/ y me repite...
Perseguido por su propia lealtad, Gustavo Quesada, el excavador, sube al cuello elusivo de la poesía y calcula el horizonte.
El horizonte es una acción de la mano.
Pero aún no finaliza. Sólo contempla su comienzo.
¿Cuándo seré la hoja/ que termina el libro?
SUAVE EL ANDAR HACIA LA FIESTA
Por Gustavo Quesada Vanegas
Pisar las flores
Derrumbar los frutos
Extirpar los nidos
Voy a la más rotunda de las fiestas
La fiesta del aniquilamiento.
Uno lleva su cuerpo de Gustavo Quesada Vanegas.
Común Presencia Editores. 76 páginas con insertos a color. Bogotá, 2012.