Pero la sangre sigue fría de Alejandro Cortés


“Pero la sangre sigue fría de Alejandro Cortés González posee el secreto designio de frotar la lámpara con una apretada baraja  de deseos. Solo la atractiva convulsión de la belleza conduce al poeta al pantano como espacio de inmersión, territorio de búsqueda y devastación donde surge el génesis de una aventura creativa. Del fondo del pantano anegadizo, del desierto de piedras sin voz, de los rostros extraviados, de las bestias sin edad, se asoma el poeta a un pasado que empuja al basurero. Es un libro hermoso este, y doloroso, tiene el valor de trastocar y celebrar y olvidar. Los lectores de cuentos apreciarán que el libro incluya un cuento. Homenaje al sigiloso maridaje. Lo demás lo acrecentará cada lector, y el poeta, desde ya preso de sus imprecaciones y plegarias”. Roberto Burgos Cantor


LA NOCHE PRESENTIDA
Por Alejandro Cortés González

El reptil sabe que su estela mesozoica
tiene la edad del poema;
el poema no olvida que por la osamenta de sus letras
crece la agrura del reptil.
El saurio,
el lagarto,
el monstruo rara vez emergido
de las catacumbas de mares e inframundos,
advierte en sus pisadas la tinta del poema.
Desde el primer día carga el llamado a la extinción.
Escapista de paso discreto y ausencia estrepitosa,
un puñal y una huida.
Conspirador de recuerdos,
coleccionista de olvidos.

El poeta es una herida abierta en el tejido del mundo,
un ciudadano de la memoria que siempre está de paso,
un reptil que construye, sobre la ruina de los días,
su mórbida perpetuidad.
Presiente la noche.
Deberá disculparse por sus silencios,
y cruzar mares,
para grabar de banderas su epitafio.