Desde niño recuerdo que visitaba el edificio de Telecom en mi natal Palmira para recrearme con el Mural del maestro Hernando Tejada, ubicado en el primer piso de ese antiguo edificio. Hoy, varias décadas después, siento nostalgia y pesar de saber que quienes actualmente son los dueños de ese predio decidieron borrar el Mural de un tajo, como si el arte y la cultura pudieran taparse con un pañete. Es lamentable, por decir lo menos, que estas cosas sucedan ante los ojos de la burocracia oficial y nada pase, que nadie cuide el patrimonio cultural de la ciudad y que no se vislumbren políticas que busquen proteger de los vándalos el acervo cultural de los pueblos. ¿Me pregunto dónde están los funcionarios de la alcaldía y la gobernación que permiten borrar nuestra memoria pictórica?
Un artista en Colombia, no puede sacar su obra del país sin un permiso del Ministerio de Cultura y sin que intervenga la DIAN, pero los destructores que remodelan edificios si pueden arrasar un mural de un importante artista ya fallecido sin que las autoridades competentes, expidan la correspondiente autorización, ¡qué paradoja! Eduardo Esparza, artista vallecaucano.